domingo, 14 de mayo de 2017

Mas de 72.000 bares cerraron por la crisis en España en cuatro años


Bares de la Rúa do Franco en Santiago de Compostela

La crisis económica del país  llevó al cierre a uno de cada cinco bares españoles, es decir, más de 72.000 establecimientos, lo que supone el 20,5% del total. De estos datos procedentes del Anuario Económico de La Caixa, se hace eco el Diario El Mundo en el artículo firmado por Francisco Núñez.
Según el citado Anuario, si en el año 2008 con los datos de 2007, había en España 351.470 bares y locales dedicados a la hostelería, en 2012 con datos de 2011, sólo quedaban 279.243 negocios registrados. Hay, por tanto, 72.227 bares menos que cerraron en ese periodo, y la cifra puede ser aun mayor, si se añaden los que cerraron el año pasado, siendo que ese 20,5% de caída corresponde al resultado neto al sumar nuevas aperturas y restar los cierres de negocios, teniendo además en cuenta que siguen proliferando los carteles de Se vende o Se traspasa pegados en los ventanales de estos bares, o simplemente se echa el cierre por cese de actividad. 
Dice el citado Anuario que los españoles aún gastamos el doble en restauración (en términos de P. I. B.) que la Unión Europea (15% frente al 7%), y a pesar de todo, ya no es negocio regentar un bar. Es más, poner un bar, como salida laboral al despido o a los ERE invirtiendo los ahorros, dejó de ser interesante, porque la presencia de clientes cada día es menor y las ventas también cayeron. "Ni siquiera cubrimos los gastos del local con los precios bajos que tenemos, y si los subimos, perdemos clientes", asegura el propietario de un bar.
Según datos del Ministerio de Agricultura y Alimentación, los españoles redujeron en 2012 un 4,1% su gasto en estos establecimientos, respecto al año anterior, hasta los 33.033 millones. También redujeron el número de visitas en un 3%, hasta 6.831 millones, lo que explica en parte el porque de estos cierres.
Cuando se repasan los datos del estudio de La Caixa publicados en su Anuario, se comprueba que  Extremadura es la autonomía que más vio descender el número de bares en este periodo, pues cerraron el 32% de sus establecimientos, es decir, uno de cada tres, con un descenso neto de 3.335 bares de los 10.414 que había en el año 2007. Le sigue Castilla-La Mancha, donde desaparecieron casi el 30% de establecimientos (4.592 bares de los 15.454 que tenía). El tercer lugar lo ocupa Cantabria, con una caída del 27,4% (1.663 menos de los 6.078 al inicio de la crisis). Todas las comunidades registran pérdidas, si bien Navarra (-6,1%) y País Vasco (-7%) son las Comunidades donde menos bares se cerraron. 
Si vemos los datos por provincias, Teruel encabeza la lista por el cierre de bares. En estos últimos cuatro años, se clausuró el 37,5% de estos negocios (506 de los 1.350 que había en 2007). Ávila perdió el 34,2% (615 bares), mientras que Cuenca tiene 649 menos y Toledo 1.724, un 33% de establecimientos menos. 
Por número total de establecimientos cerrados en este periodo, Andalucía es la región donde más bares cayeron por la crisis. Si en 2007 había 58.800 locales, cuatro años después la cifra es de 47.003. Hecha la resta hay 11.817 establecimientos menos(20,2%). Podemos afirmar que, según estas cuentas uno de cada seis bares cerrados es andaluz. 
Los datos de Cataluña aportan que han cesado en esta actividad un total de 10.330 locales (19%), y 8.363 en lo que se refiere a la Comunidad Valenciana (22,5%), siendo la zona más afectada Barcelona, con el cierre de casi 6.000 bares desde 2008. 
Aun así España continúa siendo, por detrás de Chipre, el país con mayor número de bares por habitante, siendo esa media de 169 personas por cada local, frente a los 129 de media que había cuando comenzó la crisis. En Galicia hay 139 habitantes por cada establecimiento. 
Cuando últimamente salimos a la calle a tomar un vino con los amigos, todos notamos que ha habido una fuerte disminución de la presencia de clientes en estos establecimientos, y cuando hablas con sus propietarios y te confirman este dato, también dicen que antes se tomaban dos o tres vinos antes de abandonar el local, y ahora como mucho se toman uno y se van. Además nos cuentan que la competencia entre bares es mucho mas agresiva, intentando atraer clientes a través de la tapa, que es lo que les individualiza, lo que conlleva un aumento del coste y de la carga de trabajo para ofrecer un producto mejor, sin poder repercutirlo en el precio, para atraer a clientes de la competencia, con lo que se reduce el margen de beneficio, y en algunos casos lleva a los locales a entrar en pérdidas, lo que les obliga a plantearse el cierre. Así están las cosas.
72.000 bares son muchos, y mas son las personas que en ellos trabajaban de las cuales un buen número de ellas se quedan en la calle. Algunas lo volverán a intentar en otro lugar, buscando un local bien situado, con menor coste e intentando siquiera tener un modo de ganarse la vida, porque muchos de estos que cierran ya no sueñan con tener éxito, aún sabiendo que este siempre está al alcance de aquel que al menos lo intenta.

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